lunes, septiembre 25, 2006

DE LA SOLEDAD

He perdido la dimensión del tiempo que llevo en la Luna. No se cuánto tiempo llevo aquí, observando la vida en la Tierra, buscando tus ojos al amanecer y descubriendo sueños perdidos, tuyos y míos, en la infinidad del espacio.

Y esta noche, de silencio y calma, me hizo pensar en lo que es la soledad. Me hizo pensar en eso que yo sufría antes de haberme perdido en tus ojos y encontrarme en la Luna.

El hombre y la mujer que sufren de soledad, pierden la luz de la vida, los colores de la realidad, la música del silencio, la calma del atardecer.

Pero ¿qué es la soledad?

¿Es acaso no tener a nadie junto a ti? ¿es no tener a nadie en quien confiar? ¿es no poder abrazar a alguien? ¿Es no suspirar al ver la Luna por que no tienes en quien pensar cuando la miras? ¿Es no encontrar la belleza de una flor simplemente por que no tienes a quien regalársela? ¿Es no alegrarse de ver a una pareja besándose… por tu maldita soledad?

Ahora que he caminado cientos de kilómetros en la superficie lunar… que he visto a hombres y mujeres llorar… que he comenzado a entender tantas cosas de la vida en la Tierra… que me he atrevido a sentir el roce de un sueño en mi piel… que he estado totalmente solo en la Luna… comprendo lo que verdaderamente representa el sufrimiento de la soledad.

Es el egoísmo, el miedo, la soberbia, la mediocridad del ser humano.

El egoísmo de no querer dar amor a los demás, si no es que recibimos algo a cambio.

El miedo de mostrarnos al mundo tal cual somos con tal de seguir mostrando nuestras mascaras.

La soberbia de creernos un tesoro que debe ser conquistado por alguien digno de nosotros, sin aceptar que el tesoro hace rico al rey cuando se entrega a los demás, no cuando lo guarda en una bodega bajo llave para que nadie lo vea.

La mediocridad de vivir cada día alejados del camino del amor: a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestro trabajo, a nuestro país, a nuestro planeta, a nuestro creador... y por lo tanto quedarnos muy lejos de lo que en verdad podríamos ser.

Todo aquel hombre o mujer que sufre de soledad… en verdad sufre del miedo a darse a los demás, a ser fuente de amor para refrescar a quien se acerque, a entregarse a la vida para reír y llorar, para cantar y soñar, para guardar silencio o para dar una palabra de aliento.

Y es que solamente así: entregándonos, viviendo, amando… es que podemos toparnos con alguien afín a nosotros. Solamente sembrando amor, podemos cosecharlo.

Por eso más vale vivir con poesía, con música, con sueños de estrellas y noches de sueños compartidos, que vivir limitando a la imaginación, cohibiendo pensamientos y aplastando sentimientos.

Vale más vivir cada día con la luz de la esperanza que brota de una sonrisa a un desconocido, que nace de una niña con ojos de estrellas, que se oculta detrás de una pareja mirándose con ternura…

Pues aquellos que sufren de soledad…
son los que en verdad sufren de miedo a vivir.

Y todo esto lo entendí la noche en que te conocí.

La noche en que la soledad en mí…
se fue con el amanecer de una nueva vida.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hey viejo compañero de la Anahuac...
lo que pasa es que cuando uno encuentra niñas con ojos de estrellas no puede mas que sentirse un humilde ser lunar y amar a la Tierra todo entera y tomarla completita entre los brazos.

9:55 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home