viernes, agosto 25, 2006

A LA INVERSA

Desde la Luna he visto a muchos hombres y mujeres sufrir de soledad. Lágrimas derramadas en mitad de la noche, en silencio, en las sombras, sin palabras, sin música, son las señales que hombres y mujeres han enviado a la Luna a través de sus ojos cristalinos perdidos en uno de sus rayos.

Pero esa soledad no es tan dura, amarga, dolorosa y estremecedora como la “soledad acompañada”. Por lo menos vista desde aquí, es la peor de las soledades: un hombre en una fiesta, que ríe, que baila, que brinda… y en un momento de silencio se da cuenta de que está solo. Que no tiene a nadie… que ella es un espejismo que se irá al terminar la noche.

O aquella mujer que camina por un centro comercial, recorriendo pasillos y ofertas, rodeada de miles de seres humanos. De pronto se detiene frente a un aparador… sus ojos se pierden en una prenda y de repente su mirada le muestra un reflejo casi borroso de una pareja besándose detrás de ella. Instintivamente busca en el reflejo a alguien a su lado y en ese momento la soledad se siente como un escalofrío, que le hace voltear la mirada… e irse a otra tienda.

Esa es la más difícil de las soledades… por que se lleva con uno mismo… y aparece en cualquier momento.

Pero desde que vivo en la Luna, tengo un sentimiento a la inversa. Camino entre cráteres, platico conmigo mismo, mi mirada se pierde en el espacio infinito y a veces encuentro una estrella nueva. Me asomo a la Tierra para ver cómo la vida sigue sin mi en el planeta… y por momentos me cuelo a los sueños de los demás.

Por ti conocí los sueños de la Luna y los míos se convirtieron en polvo de estrellas. Descubro cada noche nuevas historias y al imaginarte mi mente escribe muchas otras.

Desde que vivo en la Luna… sin mayor compañía que tu recuerdo… todo es diferente.

No vivo embotellamientos, ni largas filas, ni me pierdo en centros comerciales ni en el acelere de una fiesta. Nada de eso existe para mí desde que vivo en la Luna.


Y aunque tú estés muy lejos, en un punto del planeta azul y yo en un punto de la blanca Luna… desde que te vi y te conocí al entrar en tu mirada… te has convertido en mi compañía en soledad.

1 Comments:

Blogger track said...

tengo una duda, ¿cómo le cayó a la Luna el nuevo nombramiento de Plutón? Tu estando allá como viste la reacción de los demás planetas, ¿estan temerosos que les pase lo mismo? O que opiniones hay de ese lado de la moneda.

11:46 a.m.  

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