domingo, mayo 28, 2006

DE UN SUEÑO


Hay personas que no creen en los sueños. Que están tan resignados a la realidad que no son capaces de encontrar el encanto mágico y fantástico de nuestras experiencias oníricas.

Hoy al despertar estaba lleno de una sensación de felicidad. Contrario a lo que generalmente me ocurre, me dio gusto hacerlo. Pensé que dicho estado se debía a que realmente mi cuerpo había descansado y que por lo tanto yo estaba listo para vivir un nuevo día y me dispuse a preparar las actividades propias de un despertar lunar. Por cierto, ¿ya les he hablado acerca de una especie de servicio postal por medio del cual llegan a la Luna miles de mensajes?. Debo reconocer que la mayor parte de los mensajes que llegan a ese cráter, que pareciera un buzón sideral, son de dolor, de soledad, de miedo y muerte, pero debo decir también que a ese lugar llegan las historias de amor más increíbles y los más inspirados mensajes de esperanza por la vida. Es curioso ver como en un mismo punto se entremezclan los polos opuestos de nuestra existencia.

Pero el punto eran: los sueños. Mientras recorría la zona que se ha vuelto mi casa en el satélite haciendo labores de mantenimiento de superficie lunar, recordé lo que había soñado.

¿Qué puedo decir?... desde ese momento hasta ahora no he dejado de sonreír. Y es que no hay mejor manera de vivir, de enfrentar la realidad, que alimentándonos con la fuerza de los sueños. Si yo no me llenara de esa fuerza, de esa luz, quizá ya habría intentado regresar a la Tierra o tal vez me habría convertido en un empleado de alguna corporación transnacional.

¿Han notado que hay veces que aunque ya está amaneciendo aún se puede ver la Luna? Y que por un pequeño instante desde una mismo punto pueden ver al sol y a la Luna… ese momento es justamente lo que sentí al despertar y recordar con tanta claridad mi sueño.

Los sueños no son un escape a la realidad. Son una inspiración para tener un motivo más por el que vale la pena despertar.

Soñé contigo. Mientras dormía pude verte y experimentar la mágica sensación de estar a tu lado.

Estoy convencido de que los sueños se pueden convertir en realidades, por lo tanto tú debes existir en algún lugar del universo, quizá en algún lugar de México o en cualquier parte del mundo. Tú eres un sueño hecho de carne y hueso al cual espero pronto encontrar para conocerte más allá de lo que en mis sueños he conocido de ti.

Aquel sueño fue tan real, que cuando abrí mis ojos y me vi en la Luna pensé que aún seguía dormido. Pero no. Yo estoy en la Luna y tú estás en mis sueños.