miércoles, agosto 16, 2006

LA ROSA

Este es un recuerdo de aquellos días en los que vivía en la Tierra. Una tarde iba caminando por la calle, pensando en no se qué cosas, cuando vi en la esquina de enfrente un bote de basura en el que se encontraba una rosa roja envuelta en el tradicional papel celofán, acompañada de un par de ramas “de follaje” que completaban su vestuario.

Estaba ahí, abandonada a su suerte, quizá por la mala suerte de alguien más. La rosa contemplaba a las personas que pasaban junto a ella como buscando unos ojos que la rescataran del olvido, de la muerte, del dolor provocado por el abandono.

Por su vestuario era inevitable pensar en lo que le habría llevado a estar ahora como la más bella basura de un contenedor de deshechos. Una rosa como ella indudablemente es una muestra de amor… y una rosa como ella en la basura es la clara muestra de un corazón roto.

Era una estampa impactante: una rosa bellísima, con un follaje fresco, rodeada de un impermeable transparente, con unas cuantas gotas (por no decir lágrimas) en sus pétalos… tirada en la basura.

Crucé la esquina para acercarme al basurero. Descubrí que la rosa no estaba “arrojada” a su destino sino que parecía haber sido acomodada con delicadeza en su destino. Miré a los lados buscando alguna mirada cómplice… o quizá culpable… pero no encontré a nadie.

Como en la mayoría de los casos es el hombre quien regala una rosa… traté de encontrar en las gotas que llenaban los pétalos, algún indicio de su historia:

Un hombre se la regala a una mujer, se despide ilusionado, la mujer al ver que el hombre se ha ido deja la rosa en la basura y se mete a su casa.

Un hombre se la lleva a su amada, al llegar a la esquina donde está el vote ve a su novia en brazos de otro hombre, deja la rosa en la basura y se va con el corazón destrozado.

Un hombre lleva la rosa para su esposa enferma. Suena su teléfono celular, al contestarlo una voz ronca le informa que su esposa ha muerto. La rosa no llegó a casa.

Un hombre lleva la rosa para la mujer de su vida, a la que no ha visto en meses debido a un viaje de trabajo… al dar la vuelta en la esquina donde estaba el bote de basura se topó con su amada sorpresivamente y gritaron y se abrazaron y se besaron y la rosa cayó olvidada en el bote mientras los enamorados, sin soltarse, sin dejar de mirarse… se alejaban.

Son tantas y tantas las historias que podría haber detrás de una rosa nueva, envuelta en delicados adornos, lista para provocar y despertar emociones… tirada en un basurero.

Ahora que vivo en la Luna y recordé ese momento… puedo decir que el amor, sea en forma de una rosa, de un beso, de una canción o de un poema, nunca muere. Aunque a veces nos duela tanto… como la espina de una rosa.