martes, mayo 30, 2006

PRETEXTOS



Una mirada
una sonrisa
una cena
una canción

una mano
una caricia
un recuerdo
una emoción
una noche
un amanecer
simplemente son pretextos
para querer volverte a ver

UN SEGUNDO


Hoy la Luna se quedó corta.
Su luz se vio opacada.
Hoy las estrellas desaparecieron.
La grandeza del universo se redujo a un suspiro.

Mi respiración se contuvo y mi corazón se aceleró
Y por un segundo no existió nada ni nadie alrededor
Hoy pensé en ti.

domingo, mayo 28, 2006

DE UN SUEÑO


Hay personas que no creen en los sueños. Que están tan resignados a la realidad que no son capaces de encontrar el encanto mágico y fantástico de nuestras experiencias oníricas.

Hoy al despertar estaba lleno de una sensación de felicidad. Contrario a lo que generalmente me ocurre, me dio gusto hacerlo. Pensé que dicho estado se debía a que realmente mi cuerpo había descansado y que por lo tanto yo estaba listo para vivir un nuevo día y me dispuse a preparar las actividades propias de un despertar lunar. Por cierto, ¿ya les he hablado acerca de una especie de servicio postal por medio del cual llegan a la Luna miles de mensajes?. Debo reconocer que la mayor parte de los mensajes que llegan a ese cráter, que pareciera un buzón sideral, son de dolor, de soledad, de miedo y muerte, pero debo decir también que a ese lugar llegan las historias de amor más increíbles y los más inspirados mensajes de esperanza por la vida. Es curioso ver como en un mismo punto se entremezclan los polos opuestos de nuestra existencia.

Pero el punto eran: los sueños. Mientras recorría la zona que se ha vuelto mi casa en el satélite haciendo labores de mantenimiento de superficie lunar, recordé lo que había soñado.

¿Qué puedo decir?... desde ese momento hasta ahora no he dejado de sonreír. Y es que no hay mejor manera de vivir, de enfrentar la realidad, que alimentándonos con la fuerza de los sueños. Si yo no me llenara de esa fuerza, de esa luz, quizá ya habría intentado regresar a la Tierra o tal vez me habría convertido en un empleado de alguna corporación transnacional.

¿Han notado que hay veces que aunque ya está amaneciendo aún se puede ver la Luna? Y que por un pequeño instante desde una mismo punto pueden ver al sol y a la Luna… ese momento es justamente lo que sentí al despertar y recordar con tanta claridad mi sueño.

Los sueños no son un escape a la realidad. Son una inspiración para tener un motivo más por el que vale la pena despertar.

Soñé contigo. Mientras dormía pude verte y experimentar la mágica sensación de estar a tu lado.

Estoy convencido de que los sueños se pueden convertir en realidades, por lo tanto tú debes existir en algún lugar del universo, quizá en algún lugar de México o en cualquier parte del mundo. Tú eres un sueño hecho de carne y hueso al cual espero pronto encontrar para conocerte más allá de lo que en mis sueños he conocido de ti.

Aquel sueño fue tan real, que cuando abrí mis ojos y me vi en la Luna pensé que aún seguía dormido. Pero no. Yo estoy en la Luna y tú estás en mis sueños.

jueves, mayo 25, 2006

BREVE DECLARACIÓN

No he dejado de pensarte.

miércoles, mayo 24, 2006

PACTO CON LA LUNA


En el planeta azul existen algunos hombres y mujeres que han hecho un pacto secreto. Nadie lo sabe y nadie lo dice, pero han sellado un trato de por vida que a cambio de cierto beneficio les hace pagar un duro precio. Hoy pude ver como se realiza este acuerdo.

Me acomodé en un cráter con la intención de echar un vistazo a la Tierra. Busqué entonces irme a un sitio por definición romántico y con un aire bohemio único: París.

Era de noche en esa zona del planeta, por lo que me fue fácil localizar los puntos que buscaba. Cual vil turista dirigí mis visiones a la Torre Eiffel. De pronto apareció él. Un tipo sencillo, vestido de manera tan ordinaria que bien podía pasar desapercibido como un viajero más. Caminaba con la mirada difusa (mas no perdida) y sus manos se apretaban y se abrían expectantes.

Se sentó en una banca y comenzó a admirar la famosa construcción a la que por las noches revisten con un abrigo de luz que le hace mantener la elegancia y porte que de día le caracterizan. Aquel hombre clavó su mirada en la Torre y en el momento en que su mirada se perdió en el horizonte… miró la Luna.

Su actitud me llenó de curiosidad pues no podía definir si aquel hombre estaba triste, tranquilo, furioso o emocionado. Su rostro, pese a mostrar cierta paz, no daba muestras de sentimiento alguno.

El hombre cerró los ojos y comenzó a respirar profundamente. Yo lo miraba con tanta atención que no me percaté por dónde llegó aquella mujer de vestido blanco, cabello negro y ojos grises. El hombre al abrir los ojos quedó tan sorprendido como yo al verla.

Ella se acercó caminando lentamente sin despegar su mirada de aquel hombre. Él se puso de pie y caminó tres pasos hacia ella. Al estar frente a frente la mujer le preguntó, con una voz suave y tranquila:

- ¿Estas seguro de que esto es lo que quieres?
- Tan seguro como que aquí tienes los siete pétalos que son necesarios.

Yo no entendía de qué hablaban, pero la mujer levantó sus manos pidiendo los siete pétalos y el hombre se los entregó.

- Son los siete pétalos de Luna que esta noche entregas como firma de este pacto… - dijo la mujer con voz fría.

El viento comenzó a soplar muy intensamente. El cabello de la mujer se agitaba mientras en una mano tomaba todos los pétalos. Con su otra mano tomó el primero de ellos, extendió su brazo mostrando aquel pétalo al hombre:

- A partir de esta noche… vas a reír.

Y soltó el pequeño pétalo, el cual en vez de caer al piso… pareció ser tomado por el viento elevándolo hasta que dejo de ser visto por el hombre y la mujer, quien tomó el segundo pétalo:

- Vas a llorar.

Continuó repitiendo la operación: tomaba un pétalo, decía la frase y abría los dedos dejando libre a la pequeña hojita.

- A partir de esta noche vas a gozar

El rostro del hombre se endurecía, podía sentir el calor de su sangre acelerada.

- Vas sufrir,

Con cada pétalo liberado el viento cobraba más fuerza, por lo que la mujer aumentaba el volumen de su voz.

- Vas a vivir

El hombre cerró sus ojos, apretando sus párpados.

- Vas a morir

Quedaba únicamente un pétalo en la mano de la mujer. El hombre abrió los ojos, como si saliera de un trance emocional.

- Y el séptimo pétalo… ¿para qué es? – preguntó el hombre
- Ese pétalo corresponde a aquello más salado que una lagrima, más dulce que una risa, más oscuro que la muerte y más loco que la vida…

La mujer entonces tomó al hombre por el cuello con la mano que no tenía el pétalo restante y se acercó a él. Suavemente lo besó. Fue un beso lleno de ternura pero cargado de pasión. Un beso intenso… pero muy suave.

- A partir de esta noche… te vas a enamorar.

Y al decir esto la mujer liberó el séptimo pétalo. Ella se volteó y comenzó a caminar alejándose del hombre quien únicamente alcanzó a gritar:

- ¿Y cuál será el precio? ¿Cómo debo pagar?

La mujer se detuvo… y sin dejar de darle la espalda al hombre, murmuró por encima de su hombro:

- Te llamarán poeta… y te creerán loco.

domingo, mayo 21, 2006

SEIS PREGUNTAS


Desperté con el sonido de una estrella fugaz. Como aun era de madrugada en la Tierra imaginé que quizá te vería dormida. Corrí al cráter desde el cual puedo verte. Ese cráter en el que solamente me asomo cuando duermes o cuando estás a punto de despertar, como en este momento.

Ahí estabas, quieta, frágil, indefensa. Con una expresión de tranquilidad que le daba un suave brillo a tus sueños. No pude evitar sonreír al verte así.

Y entonces surgieron seis preguntas en busca de respuesta:

¿Qué pasaría si caminamos juntos?
¿Qué pasaría si te tomo de la mano?
¿Qué pasaría si te hago reír?
¿Qué pasaría si nos da por llorar?
¿Qué pasaría si me miro en tus ojos?
¿Qué pasaría si quitamos las vendas, los velos, los candados… y por una vez, una tarde…sólo somos tú y yo?

Abriste tus ojos en un suave despertar… y un suspiro viajó de la Luna a tu ventana.

sábado, mayo 20, 2006

LA LUNA Y EL MAR


Bien dicen que la luna y el mar viven un romance perpetuo. Que son la máxima expresión del amor apasionado e imposible: aquel que de día parece no existir, en el que los amantes están lejanos y ni siquiera sus miradas se cruzan, pero en cuanto el sol se oculta… se acercan lentamente y se hacen uno, se funden en un beso, entregan su vida al otro… y al hacer esto: viven. Comparten momentos y secretos como si fueran los únicos miembros del más selecto club.

En el mar la noche es muy diferente a la noche en la tierra. En el mar la noche adquiere dimensiones más allá de su oscuridad envolvente y su palpitante silencio: en el mar la noche cobra vida y en los brazos de las olas la Luna baila al ritmo de la marea. La Luna te habla, te cuestiona, te consuela, te inspira y te sonríe


Todo se resume esta noche a un pensamiento: tú. Esta noche es tuya, para recordarte, para idealizarte, para imaginarte en el preciso momento en que una sonrisa comienza a formarse en tus labios… y en tus ojos nace ese brillo que hechiza, que atrapa, que se convierte en suspiros. Suspiros que flotan en el aire creando un fugaz ballet.

Tu risa, la que tantas veces he recordado, es similar al canto de las sirenas, que embelezaba y robaba la razón de los hombres de mar. Pero tu risa tiene un poder aún mayor: deja intacta la razón para darle una nueva dimensión a palabras como “belleza”, “vida” o “destino”. Y lo mejor de todo es que tu risa, es como el rocío de la mañana que refresca a la naturaleza para iniciar un nuevo dia con su mejor rostro. Tu risa es tan gloriosa, intensa y pura como una pieza de Bizet.

Y si empecé hablando de la Luna y el mar…es por qué al pensarte me imagino caminando por la costa, hablando con las estrellas, platicándoles de ti. Relatando el momento en que con tu mirada, convertiste a la frase "se feliz" en una nueva ley.

viernes, mayo 19, 2006

UN SEGUNDO DE VIDA


Como cada noche el hombre sale de su habitación y llega a la luna. Se recuesta para poder mirar a aquella mujer… la descubre sentada junto a la ventana… el hombre sonríe, suspira, sueña… de repente, todo desaparece… y únicamente existe aquella mujer. De pronto, ella levanta su mirada buscando la luna… y el hombre se queda pasmado por unos segundos, sintiéndose descubierto… la mujer suspira y baja su mirada… y entonces él le dice a Dios: “Gracias... ahora recuerdo que estoy vivo"

jueves, mayo 18, 2006

SÁLVAME DE MI MISMO


Hoy pasó algo muy extraño. Por primera vez desde que estoy aquí, sentí la soledad. Y aunque en la Tierra la sentía muy a menudo, aquí se siente de una forma muy diferente. Por que aquí no tengo a los amigos que te dicen que no pasa nada, a la familia que te dice que ya pasará, aquí no hay nadie que me diga lo que quiero oír pues, aunque no lo crea, de algo sirve el maquillar tu vacío.

La vida me ha permitido vivir intensamente, plenamente, a mi ritmo y a mi tiempo. Es por eso que quizá te pienso tanto, te añoro tanto. Por que he vivido muy bien sin ti… pero qué mejor que vivir contigo.

Pero hoy se apareció la soledad. Llegó con su viento frío y su silencio opaco.

Ven, tómame en tus brazos y no me sueltes. Que yo estoy dispuesto a fundirme contigo en un abrazo eterno que nos haga fuertes, que nos haga firmes.

Ven y sálvame…

Sálvame de mi mal humor al despertar y no tenerte, de mi rutina sin sentido. Sálvame de mi mente y sus revueltas, de mi imaginación sin freno que idea historias para tratar de explicar el por qué de tu ausencia. Sálvame de mi mismo.

Brinca desde tu cama hasta la Luna. Enciende un millón de estrellas con tus ojos. Toma mis manos. Toma todo mi ser… Y déjame hacerte feliz.

Espero que esta noche estés mirando la Luna. Pues desde aquí voy a pensarte. Ya que no hay mejor manera de cuidarte, por ahora, que enviarte un rayo de Luna para velar tu sueños.

miércoles, mayo 17, 2006

EL MOMENTO



Esta noche vi a un hombre recostarse en su cama y mirar las estrellas. En su rostro había una rara expresión, combinación de miedo e incertidumbre con una gran seguridad y una felicidad únicas. El brillo en sus ojos me hizo saber que por dentro se encontraba planeando algo.

El México hay mucha gente que no hace lo que quiere y encuentra miles de pretextos para culpar a los demás, al gobierno, al ambiente, a la economía, etc.

Aquel hombre no tenía dinero, no tenía bienes materiales, ni siquiera tenía un familiar rico… pero tenía un sueño.

El hombre se levantó de la cama y corrió a la ventana. Lanzó un grito que llegó hasta la Luna y logró estremecerme. Era el grito con el que se liberaba de sus miedos. Pude ver como el grito hizo brillar aquel cráter con la leyenda “tus miedos” Cuando el hombre dejó de gritar, no pudo contener la risa y soltó una tremenda carcajada. La carcajada hizo resplandecer el cráter de “tus sueños”.

Fue entonces cuando el hombre, mirando fijamente a la Luna… dijo:

“Esta noche es el momento no para decir lo que quiero ser…esta noche es el momento para empezar a serlo”

Y en ese momento… el tercer cráter, el del destino, brilló intensamente.

martes, mayo 16, 2006

LA MATERIA DE LOS SUEÑOS


Cuando vivía en la Tierra muchas veces soñé con la Luna. Hoy que vivo en la Luna, muchas veces he soñado contigo. Con esto confirmo mi teoría de que los sueños son infinitos. Pues una vez que llegas a uno, ese sueño hecho realidad te inspira muchos sueños más.

El hombre es quien se encarga de matar sus sueños, olvidándose de que en ellos está la solución idónea para soportar la realidad.

Debo decirles que en la Luna hay cráteres que en su interior guardan celosamente la sustancia que alguna vez soñé.

Este fue el sueño aquel:

“Como cada noche el hombre sale de su habitación y llega a la luna. Al mirar la ventana de aquella mujer descubre que la habitación está vacía. De repente la Tierra parece estar abandonada. El hombre da media vuelta y la inmensidad de todo un planeta queda a sus espaldas. Comienza a caminar lamentándose por la ausencia y de repente del bolsillo derecho de su pantalón, saca un puñado de polvo brillante y con el color de la plata, acercándolo a su boca le dice muy suavemente: “Esta noche no te necesitaré” y con un fuerte soplido dispara el polvo hacia el espacio formando 3 millones de nuevas estrellas. Aquel polvo, era un sueño.“

lunes, mayo 15, 2006

EL ARTE DE PENSARTE


Caminar en la Luna es diferente a caminar en un parque. En la soledad de mi aventura lunar imaginarte y recordarte se convierte en toda una odisea.

Caminando por la Luna puedo dibujarte en cuerpo y alma, usando el fino polvo que cubre la superficie. Ese polvo con cierto brillo que le da luz a tu retrato… te da forma, te da cuerpo… y te da vida por un rato.

Caminar en la Luna pues, para acabar pronto, es diferente a caminar en un parque, por que a diferencia de la Tierra, cuando te pienso y olvido todo, aquí te pienso y se recrea mi mundo.

NOTA URGENTE


Llevo ya varios días descubriendo secretos, propiedades, funciones y elementos nuevos de la Luna.

El sol siempre es el sol. Una inmensa bola de fuego. Y aunque es cierto que es quien alimenta de fuerza y luz a la Tierra. Es cierto también que el sol siempre brilla igual. El sol siempre es igual, un día tras otro. El día que deje de hacerlo, simplemente se terminará la vida.

La Luna en cambio, es como la humanidad misma.

Tiene amor, poesía y música. Pero la Luna también convierte a un hombre en lobo, en su luz se esconden los vampiros y demonios… y así como guarda sueños, también tiene pesadillas.

Me niego a hablar de lo que hasta ahora he visto de ese lado oculto. Me niego a contar lo que estando aquí he comprobado. Me niego a hacer público el lado más íntimo de la Luna.

Unicamente quise dejar esta nota como testimonio de que en la Luna la vida no es una historia perfecta. Es una historia equilibrada. Y yo he decidido contar lo que a mí me llena y me hace feliz.

Aunque quizá algún día les cuente cómo se ve la muerte desde aquí.

MENSAJES

Siempre me han atraído dos tipos de mensajes: en primer lugar, los mensajes guardados en una botella y que son lanzados al mar; en segundo, los mensajes enviados a la Luna.

Los primeros me parecen fantásticos. Imaginar que alguien en algún lugar escriba una nota, la encierre en una botella y la arroje con toda la fuerza de su esperanza al mar, deseando que llegue a manos de otro ser humano que tras leerlo posiblemente envíe una respuesta es maravilloso.

Pero una vieja amiga (que no una amiga vieja) se encargó de quitarle el aura de fantasía a esta escena. Me explicó que es prácticamente imposible que un objeto arrojado desde alguna costa pueda llegar al otro lado del océano por la dirección de la marea. Me dijo que casi siempre las botellas arrojadas desde la costa terminan regresando a la misma costa aunque quizá a algunos kilómetros del punto donde fueron lanzadas originalmente. Me dijo, resumiendo, que de preferencia no contaminara el mar con mis sueños de mensajes a la deriva.

Respecto al segundo tipo de mensaje, los enviados a la Luna, son aquellos pensamientos, palabras o expresiones que en algún momento un hombre o una mujer, o ambos al mismo tiempo, envían a dicho astro. Les diré algunos ejemplos:

Un hombre recién casado tiene que salir de viaje, su esposa deberá quedarse en casa. El hombre vuela a su destino y llega a su hotel. Es el primer viaje de trabajo que hace bajo su nuevo estado civil y la nostalgia provocada por la primera vez de dejar a alguien en casa esperando su regreso lo obliga a salir al balcón de su habitación para encender un cigarro.

Por su parte, la nueva esposa experimenta por primera vez un viaje de trabajo de su esposo. La confianza es plena, pues son recién casados y la vida aún es rosa, pero lo extraña como nunca lo había hecho antes. La nostalgia la obliga a salir al balcón de su departamento y beber una copa de vino tinto.

Al mismo tiempo, en la misma hora, el mismo minuto y el mismo segundo, ambos levantan la mirada y fijan sus ojos en la Luna, quien recibe un mensaje de amor, añoranza y protección. Hombre y mujer se comunican mediante el reflejo de un rayo de Luna y sienten que, aunque están lejos, están juntos.

Como ese, hay millones de ejemplos de mensajes que a diario llegan al que ahora es mi hogar. Y ahora estoy convencido de que no hay mejor manera de llegar a ti… que por medio de un mensaje de Luna.


sábado, mayo 13, 2006

EN LAS ESTRELLAS


Buscando en el espacio, aprovechando mi estancia en la Luna, encontré dos estrellas de un fulgor único e inolvidable. Las miré fijamente y luego de unos cuantos minutos lo comprendí: eran tus ojos.

Entendí entonces el por qué las estrellas iluminan la noche, pues al descubrir tu mirada en el firmamento no me quedó la menor duda de que en tu mirada la más profunda oscuridad encuentra una luz de esperanza.

Tus ojos de luz, tu mirada de fuego, se esconde en dos estrellas que brillan como tu alma, como tu sonrisa, como un amanecer a tu lado.

Tienes en tus ojos el poder de cambiar mi mundo.

Y por eso esta noche la Luna se opacó: para dejar que esta noche sean tus ojos los que iluminen los sueños de la Tierra.

Y HABLANDO DE SUEÑOS

Tú eres un sueño.
Un sueño que por las noches no me deja dormir.
Y como no he dormido, ahora muero de sueño.
O en pocas palabras: me estoy muriendo por ti.

viernes, mayo 12, 2006

EL PRIMER SUEÑO TERRESTRE

Hace algunos años tuve un sueño increíblemente real. Nunca hubiera imaginado que al paso del tiempo resultaría una experiencia profética. El sueño fue tan real que cuando desperté lo primero que hice fue tomar un trozo de papel y escribirlo... así nunca lo olvidaría.

¿Acaso hay coincidencias en que mis sueños del pasado sean mis realidades presentes?
¿Habré sufrido un golpe y ahora estoy en un sueño permanente y por eso mis sueños parecen ser mi realidad?

No lo se y por lo pronto no quiero saberlo. Hace algunos años, éste fue mi sueño:

Es una noche fría, la ciudad duerme tranquila. El caos vial ha pasado y ahora las calles lucen desiertas. Un hombre se levanta de su cama, con el rostro y el corazón llenos de serenidad. El viento mece suavemente las cortinas de la ventana… el hombre, que viste de negro, se acerca a la ventana y abre las cortinas al tiempo que el viento sopla con más fuerza.

El hombre sigue sereno y se para justo en el borde de la ventana. Sus ojos fijos en el horizonte en ningún momento miran hacia el suelo. Toma un profundo suspiro y da un paso adelante… da dos pasos más, brincando entre las nubes y con un salto que parece detener el tiempo finalmente llega a la luna.

El hombre mira hacia ambos lados y comienza a caminar hasta llegar al borde lunar y quedar justo frente al planeta azul. Se sienta en una roca y fija su mirada en la ventana de una mujer que duerme, llena de paz, haciendo más fuerte la teoría de aquel hombre, quien mirando al espacio, como hablándole a Dios, dice en voz baja: “Si es un ángel, ¿verdad?”… regresa su mirada a la habitación y comienza a velar sus sueños.




CUANDO TODO CAMBIÓ

Este fue el momento a partir del cual la estancia de Allan en la Luna cambió totalmente, adquiriendo una nueva dimensión emocional. Desde este momento, Allan finalmente se convertía en un auténtico habitante de la Luna y como tal se decidía a vivir: explorando la fuerza del romanticismo lunar.

Mi papel como narrador terminó, al menos por el momento. Allan ha comenzado a vivir, a crear y a provocar sus propias historias. Misión perpetua de todo aquel que algún día habite este lugar.






Abrí los ojos suavemente, quizá queriendo hacer más suave el paso del mundo de los sueños a la realidad (aunque en este momento mi realidad sea de ensueño). Repetí mi frase de inicio: “Aquí vamos, en vivo desde la Luna…” y me puse de pie.

Me sentía un tanto diferente, quizá por que había tenido un sueño maravilloso me encontraba muy tranquilo y relajado. Una sonrisa invadió mi rostro al pensar “¡Estoy en la luna!”… y recordé aquellas noches que en la intimidad de mi habitación la contemplaba, como queriendo encontrar alguna señal o un reflejo de alguna mirada.

Recordé que desde hace muchos años me declaré amante de la Luna, fanático de sus misterios y de sus encantos. Un admirador cautivo de su belleza, su luz y su magia. La convertí en mi centro de inspiración y en mi más intima compañera. La Luna pasó a ser parte de mi vida pues era cómplice y amiga, testigo y guardián de mis más profundos anhelos.

Y es que en realidad todo lo que la Luna significaba para mi era simplemente una escena… una escena de un sueño… El sueño de algún día finalmente encontrarte.

jueves, mayo 11, 2006

LA MÚSICA EN EL ESPACIO


Durante sus caminatas por la luna, o mientras observa la Tierra, Allan ha extrañado algo que en su hogar disfrutaba mucho: la presencia de la música. Por momentos se ha puesto a chiflar melodías que acompañan su estado de ánimo, pero no es lo mismo.

Una tarde se le ocurrió que, si había cráteres en los que podía ver lo que pasaba en la Tierra, debería haber cráteres con los cuales se podría escuchar.

Mientras caminaba en busca de algún cráter que diera señales de ser un canal auditivo o algo parecido, descubrió que en el piso existían algunos surcos… similares a las branquias de un pez… eran como si la superficie lunar se levantara un poco para dejar abierta una pequeña ventana de ventilación o algo así.

Vio entonces que esas pequeñas y casi imperceptibles formaciones estaban colocadas en puntos estratégicos, pues casi siempre quedaban entre un cráter y otro, apuntando en todas direcciones.

Allan volteó a ver la Tierra, estaba a punto de anochecer en el lado americano. Supuso que quizá en México serían las 6:45 de la tarde, hora en la que muchas playas muestran los paisajes más impresionantes al caer el sol y ver llegar a la Luna.

Regresó su mirada a las formaciones en el piso…. Y entonces se recostó en un cráter que lo hizo ver la Tierra… acercándose más y más, lentamente…. De pronto, de una de las formaciones del piso comenzó a emanar un sonido como de eco… como el que se escucha al ir entrando a una cueva oscura y grande.

Corrió entonces hacia las estructuras del piso y se agachó para escuchar mejor, descubriendo que en verdad era el sonido de una guitarra eléctrica. Con sus manos cubrió la formación lunar y dio un fuerte soplido para inyectar aire a esa especie de conducto…. Y entonces el sonido se escuchó un poco más fuerte. Sopló nuevamente aunque ahora con más fuerza…. Y el sonido reaccionó de igual manera. El sonido de la guitarra, claro y potente, era ahora acompañada por un piano.

Allan regresó al cráter para recostarse y escuchar aquel sonido. Entonces comenzó el espectáculo:

Era como si la Luna se estuviera acercando a toda velocidad a la Tierra…de hecho la música parecía acompañar las escenas que se iban formando: el planeta azul crecía ante él. La música creaba un ambiente indescriptible, como si fuera el preludio a una maravilla por venir. Fue entonces cuando ocurrió una experiencia mágica: su mirada cruzó las nubes, penetrando la atmósfera terrestre. Cerró un poco sus ojos ante el intenso brillo de las nubes.

Allan abrió los ojos para ver el espectáculo que le ofrecía de nueva cuenta su planeta, pero también al comenzar a identificar el sonido que escuchaba… su corazón se aceleró.

Como si flotara sobre el planeta a una altura increíblemente alta, Allan comenzó a ver a los ríos como pequeños hilos de agua que alimentan a la tierra; Estaba comenzando a anochecer y la luz de la luna comenzaba a crear bellos contrastes en el color de la realidad terrestre. Allan se encontraba maravillado.

La noche se aceleró y cubrió de esa azul oscuridad a la zona americana del planeta. La tierra comenzó a recobrar forma separándose de los mares cuando pequeños puntos de luz comenzaron a encenderse… dibujando en la noche el mapa de la humanidad. Allan no pudo contenerse y con voz suave pero emocionada siguió la letra de la canción que lo envolvía: “Oh you look so beautiful tonight… In the city of blinding lights”

Y entonces un par de lágrimas emocionadas brotaron de sus ojos como si quisieran ver en vivo, desde la luna, ese espectáculo. “En la Luna no podía faltar la música” pensó al tiempo que imaginaba todos los cantantes, músicos y autores que han inspirado sus ideas y sus melodías en el sitio en que ahora se encontraba.

La música también alimenta el espíritu… lo hace vibrar y lo hace elevarse. Por eso es verdad que la música que escucha cada persona te puede decir lo que hay en su interior.

Poco a poco la visión de la Tierra comenzó a alejarse, como si la Luna estuviera ahora retrocediendo. La canción terminaba y nuevamente Allan cruzaba las nubes, saliendo de la atmósfera…. El piano indicaba que se acercaba el final de la experiencia. Allan cerró fuertemente sus ojos y repitió una estrofa de la canción que lo había hecho viajar de nuevo a la Tierra: “Time… time… Won’t leave me as I am…But time won’t take the boy out of this man”

Cuando la música terminó Allan abrió los ojos y vio que estaba en la Luna, recostado en un cráter… como si nada hubiera pasado. Se puso de pie… y se fue a dormir. En su alma había tranquilidad. Y esa es la grandeza de la música.

LOS TRES CRÁTERES DEL DESTINO

Allan se ha adaptado muy bien a la vida en la Luna. Se siente tranquilo y hasta podríamos decir que está feliz.

Se ha dedicado a observar a su familia, a sus amigos e incluso a una o dos celebridades. Pero esta noche Allan ha estado muy pensativo.

Decidió dar un paseo para tratar de entender por qué el destino lo había traído hasta aquí. ¿Por qué él y no alguien más? ¿por qué solo y no acompañado?.

Y entonces sin darse cuenta, mientras su mente divagaba en el laberinto de pregunta sin respuesta y respuestas sin preguntas, llegó a una zona totalmente desconocida del satélite que ahora es su hogar.

Se dio cuenta de su llegada a esa zona al sentir el cambio de textura en el terreno que pisaba, que se hizo suave como la arena del caribe mexicano que tanto admiraba. Era una zona donde la luz cobraba un tono diferente, pues recibía cierto reflejo del azul de la Tierra y el rojo fuego del Sol aderezado con los intermitentes rayos de las estrellas. Pero lo que más le sorprendió fue descubrir tres cráteres formando un triángulo perfecto. (sabemos que no se llama triángulo perfecto, sino triángulo equilátero, pero no había nadie que le dijera eso a Allan)

Se colocó justo en medio del triángulo y en ese momento un resplandor de luz brotó del borde de los tres cráteres. Se acercó al primero y al asomarse descubrió una inscripción en un lenguaje totalmente desconocido, acercó su mano para retirar algo del polvo espacial que cubría la inscripción y al tocar el relieve de las letras, estas resplandecieron intensamente y poco a poco regresaron a su estado original, al desaparecer el gran destello Allan pudo ver claramente que las letras decían: “Tus miedos”.

Boquiabierto se dirigió entonces al segundo cráter. Nuevamente encontró una inscripción en el idioma que aunque ahora ya no era desconocido, seguía siendo imposible de entender, pasó su mano nuevamente y tras el brillo correspondiente pudo leer: “Tus sueños”

De inmediato corrió al tercer cráter, pasó su mano por la inscripción y al pasar la fluorescencia pudo leer el tercer mensaje: “Marcan tu destino”.

Dio unos cuantos pasos hacia atrás, regresando al centro del triángulo… y exclamó en voz alta:

“Tus miedos y tus sueños marcan tu destino”

En ese momento los tres cráteres volvieron a brillar intensamente.

miércoles, mayo 10, 2006

EL AMANECER DEL DIEZ DE MAYO.

El tiempo en la Luna es algo extraño. En la Tierra hay días y noches… incluso hay días en los que la Luna se alcanza a ver a pesar de que el sol no se ha ocultado, pero en la Luna no es así. Si tienes sueño, corres al lado oscuro de la luna y te duermes sin importar la hora.

Allan se despertó y recordó que la noche en que miraba el techo de su habitación era 5 de mayo. Y si ya llevaba cinco noches en la Luna…estaba a punto de salir el sol del día 10 de mayo.

- ¡¡¡¡MADRES!!!! ¡¡¡HOY ES SU DÍA!!!! - gritó emocionado.

De inmediato se puso de pie y corrió al cráter desde el cual podía ver su casa. Su mamá aún estaba dormida. Eran aproximadamente las 5 am (tiempo terrestre). Al verla dormida no pudo evitar sonreír.

Acercó su boca a un pequeño orificio dentro del cráter desde el cual observaba a su mamá… y comenzó a hablarle:

“Mamá, solo quise entrar a tus sueños para decirte lo orgulloso que estoy de ti. Sabemos que no hay ser humano perfecto y por lo tanto no puede haber ni madres… ni hijos… perfectos…. Pero ahora se que en todo el planeta no hay una mujer que podría ser tan buena madre para mi, como tú. Te amo completamente y si estoy en la Luna es por que tú (junto con mi papá), alguna vez me hiciste creer en los sueños, me diste alas para volar y la seguridad de saber que en mi casa tengo a un ángel que siempre me cuidará, me mirará con ternura y me dirá: “Ay Allan… estás loco”. Ahora es tiempo de despertarse…”

Y sopló un beso dulce, tierno, suave. Al instante en que el beso llegó a la Tierra, Griss abrió los ojos y con una sonrisa miró al cielo, donde pudo mirar la luna segundos antes de que el sol apareciera.

No cabe duda que la Luna tiene un suave aire maternal que cobija a los hombres y vela sus sueños.

LAS CINCO PRIMERAS NOCHES


Las cinco primeras noches fueron de total diversión y experimentación para Allan. Después de todo tenía que adaptarse a su nuevo ambiente, al nuevo territorio y sobre todo a las nuevas actividades que en la Luna se pueden realizar: observar, imaginar, crear, meditar y caminar.

Recorrió cada uno de los cráteres de la Luna descubriendo lo que le ofrecían. Gradualmente fue dominando la caminata lunar (si, como todo buen fan de Michael Jackson ya lo había intentado en casa sin éxito) y los trucos para dar pasos de más veinte metros.

Descubrió que hay cráteres emocionales, vivenciales y naturales. Los primeros son pequeños, generalmente profundos (al meterse en ellos le cubren hasta treinta centímetros arriba de la cintura) y desde los cuales al observar la tierra puede descubrir los sentimientos y las emociones que alguien está viviendo.

Los cráteres vivenciales son un poco más anchos y le llegan a la cintura. En ellos puede ver situaciones de vida concretas: anécdotas y pequeñas historias que bien podrían ser cortometrajes. De hecho, a esos cráteres va cuando se le antoja ver algo entretenido. Es como ir al teatro.

El tercer tipo de cráteres, los naturales, son bastante interesantes: muestran la maravilla de la creación. La fastuosidad del reino animal y vegetal, la perfección de la naturaleza y las formas que tiene la vida en el planeta. Aunque también muestran el lado agresivo, destructivo e imbatible de los fenómenos naturales.

Además, ya descubrió la versatilidad de los orificios de la Luna: por ejemplo, en los vivenciales si inclina la cabeza hacia el lado derecho puede ver la historia desde el punto de vista de uno del protagonista, pero si la inclina hacia la izquierda verá la perspectiva del antagonista. Y así con cada uno de los cráteres.

Respecto a las zonas de la Luna, Allan ya trazó una especie de “mapa” en el que ha coordinado las áreas que debe visitar en la Luna dependiendo del lugar del planeta que quiera ver. Esto le costó trabajo, pues aunque México le quedaba casi enfrente… no comprendía la distribución del espacio terrestre en la Tierra. Además de que Allan es algo malo para la geografía mundial.

Finalmente, en estas primeras cinco noches, Allan no ha pensado en nada de lo que dejó en la Tierra. Obviamente todo lo que ha descubierto lo ha hecho pensar en su familia, sus amigos y todo lo que le importa de su vida, pero ha sido mayor la emoción por descubrir los secretos de la Luna, que por recordar lo que quizá haya perdido por haber salido de la Tierra, aunque lo haya hecho de manera involuntaria.

Lo que es digno de mencionar es la enorme sonrisa que ha tenido todos estos días. Hay un brillo en sus ojos totalmente diferente. Y es que cuando vivía en la Tierra, sus ojos brillaban al pensar en la mujer de su vida mientras veía la luna, quien con su luz le daba un brillo mágico y misterioso a su mirada. Pero ahora está en la Luna… y al ir descubriendo sus secretos… sus ojos brillan con el azul resplandor del planeta más divertido de este sistema solar.